{"id":8386,"date":"2024-03-04T16:00:54","date_gmt":"2024-03-04T15:00:54","guid":{"rendered":"https:\/\/amboise-valdeloire.com\/?page_id=8386"},"modified":"2025-09-11T09:53:18","modified_gmt":"2025-09-11T07:53:18","slug":"castillo-gaillard","status":"publish","type":"page","link":"https:\/\/amboise-valdeloire.com\/es\/castillo-gaillard\/","title":{"rendered":"Dominio real del castillo Gaillard"},"content":{"rendered":"\t\t
\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/section>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/section>\n\t\t\t\tEn el coraz\u00f3n de la ciudad real se extienden las 15 hect\u00e1reas del Domaine Royal de Ch\u00e2teau Gaillard<\/strong>, el para\u00edso real olvidado de Dom Pacello, un ejemplo \u00fanico del encuentro entre artistas renacentistas italianos y franceses.<\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t Cuando descubri\u00f3 el Reino de N\u00e1poles a finales de 1494, el rey Carlos VIII<\/strong> se enamor\u00f3 de la belleza de las villas italianas, cautivado por la exuberancia de sus jardines y el exotismo de sus frutas. Pas\u00f3 una estancia extraordinaria en Italia, llena de descubrimientos culturales y gastron\u00f3micos que marcar\u00edan el final de su vida y, por extensi\u00f3n, la est\u00e9tica de su ciudad real. De regreso a Amboise<\/strong>, encarg\u00f3 a la veintena de artesanos italianos que lo acompa\u00f1aban la recreaci\u00f3n de este peque\u00f1o para\u00edso mediterr\u00e1neo en la ciudad del Valle del Loira. As\u00ed naci\u00f3 el Domaine Royal de Ch\u00e2teau Gaillard<\/strong>. Enclavado en la ladera de toba, mirando al sol del sur, un elegante palacio de fina factura se alza sobre el suelo.<\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t Grandes aberturas perforan su fachada e iluminan los interiores. Carlos VIII, Ana de Breta\u00f1a, Luis XII<\/strong>\u2026 innumerables figuras ilustres pasearon por los parterres de la finca y los confortables interiores del castillo. En 1558, una joven escocesa reci\u00e9n casada descubri\u00f3 los terrenos, sin duda con cierta emoci\u00f3n. Esta joven era la reina Mar\u00eda Estuardo, quien acababa de casarse con el joven rey Francisco II. La pareja pas\u00f3 una temporada en la finca real del Ch\u00e2teau Gaillard<\/strong>, entonces propiedad del t\u00edo de la reina, el cardenal de Guisa. El dormitorio y la cama de Mar\u00eda Estuardo, ubicados en la primera planta del castillo, son testigos de esta visita real.<\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/section>\n\t\t\t\t Tras la ascensi\u00f3n al trono de Francisco I<\/strong>, este don\u00f3 la finca a Dom Pacello de Mercogliano<\/strong>, maestro jardinero, quien all\u00ed despleg\u00f3 toda su inventiva. Plant\u00f3 los primeros naranjos del reino, esculpi\u00f3 la vegetaci\u00f3n y cultiv\u00f3 especies raras que se adaptaban perfectamente al microclima de este hermoso y soleado valle. Dom Pacello cre\u00eda que un jard\u00edn deb\u00eda ser tan encantador en verano como en invierno. Sus t\u00e9cnicas fueron revolucionarias para la \u00e9poca, utilizando materiales y especies nunca antes vistos en esta zona del norte de Europa.<\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t \u00abSolo falta que Ad\u00e1n y Eva, el rey de Francia, lo conviertan en un nuevo Ed\u00e9n.\u00bb To enter the gates of the Domaine Royal de Ch\u00e2teau Gaillard<\/strong> is to awaken all the senses. The colors of its flowerbeds, the brilliance of its tufa stone, the sweet scent of orange blossom, the lapping of its spring, the rustling of the leaves of century-old trees…not forgetting the taste of freshly squeezed orange juice. Let yourself be enchanted by its sculpted fa\u00e7ade, stroll along one of the seven paths in its centuries-old park and enjoy the peace and quiet of Fran\u00e7ois 1er’s<\/strong> hidden paradise. The troglodytic orangery is one of the must-see attractions in this wonderful park, a fragrant nugget well sheltered beneath the ch\u00e2teau’s courtyard. Here, dozens of citrus species thrive in serenity, protected from wind and weather. The Buddha’s Hand, a species of citrus fruit native to Asia, is sure to surprise you with its original shape.<\/p> Cruzar las puertas del Dominio Real del Ch\u00e2teau Gaillard despierta todos tus sentidos. Los colores de sus parterres, el brillo de su toba, el dulce aroma del azahar, el chapoteo de la primavera, el susurro de las hojas de \u00e1rboles centenarios… sin olvidar el sabor del zumo de naranja reci\u00e9n exprimido. Entr\u00e9gate a la contemplaci\u00f3n ante su fachada esculpida, recorre uno de los siete senderos de su parque centenario y disfruta de la tranquilidad del para\u00edso escondido de Francisco I. Entre las atracciones imprescindibles de este maravilloso parque, el invernadero troglodita es una joya fragante, bien resguardado bajo el patio del castillo. Varias docenas de especies de c\u00edtricos prosperan all\u00ed en completa serenidad, protegidas del viento y las inclemencias del tiempo. La Mano de Buda, un c\u00edtrico originario de Asia, te sorprender\u00e1 con su forma \u00fanica.<\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\tEl Domaine Royal de Ch\u00e2teau Gaillard: el para\u00edso olvidado de los reyes de Francia\n<\/h2>\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t
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Carlos VIII<\/strong><\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t
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